Cuando la cuenta bancaria gana la batalla a la creatividad
¿Cómo se roban minutos a los días para escribir? ¿Cómo se mantiene la creatividad cuando parece que la vida laboral se lleva cada gota?
Es martes, casi las nueve de la noche, y aún ando intentando cerrar una tarde entera de llamadas, emails y el malabar de producir entre medias. Tengo las mañanas más tranquilas, pues trabajo para México y eso me permite no tener que madrugar tanto, ni perder tiempo en trasladarme a una oficina, o estar en reuniones con las legañas aún en el ojo.
También me hace fácil no saltarme los entrenos por la mañana y prepararme para sobrevivir a una jornada laboral con unos compañeros, clientes y proveedores a siete u ocho horas de diferencia —por detrás—.
El año pasado, cuando escribí la novela, conseguía mantener algo de energía al final del día para escribir, y sobre todo invertir tiempo y energía en ello los fines de semana. Este año, que mi situación en el trabajo ha cambiado —a mayor responsabilidad—, me está resultando imposible 🥲.
Aún cuando escribo esto —con mi último descubrimiento musical desde México, Arroba Nat, de fondo—, me pregunto cómo terminará la historia de robarle tiempo al día para hacer lo que de verdad me apasiona: escribir. El sofá me llama con promesas de descanso en cuanto consigo desconectar y, finalmente, el cansancio y el sueño se llevan otro día en el que no escribí ni una línea para mí, para aquí.
Y como dice el título de este post, no es que no quiera. Es que, a veces, la cuenta bancaria gana la batalla a la creatividad.
El dilema de la doble vida: la profesional que paga las facturas y la de escritora
Escribir es lo que me hace feliz, por eso busqué una profesión en la que también lo hago a diario; pero tengo un trabajo que paga las facturas (y me gusta, no penséis lo contrario) y últimamente se lleva toda mi creatividad, mi energía para sentarme a escribir.
Mi gran pregunta es: ¿cómo no dejar que el trabajo devore la creatividad? Porque al final del día, el problema no es solo la falta de tiempo. Es la falta de espacio mental. De energía. De inspiración. Al menos tras un trabajo como el mío.
Aunque la pregunta la lanzo aquí, en realidad es más bien para mí; que no sé darme respuesta y os pongo en el compromiso de dármela vosotros 😅.
A veces, la escritura se siente como ese cachorrito incondicional que espera en casa a su dueño, mientras una sigue atrapada en el trabajo y, cuando termina, sigue pensando en ello. El cachorrito no se va, tampoco se impone. Permanece en calma. Esperando el momento adecuado. Pero ¿hasta cuándo?
Cómo sobrevivir cuando la creatividad está en pausa
Quizá este post ayude a alguien más. Por lo pronto, es la forma que tengo yo misma de plasmar mi realidad actual, para hacer algo sobre ello. Pero si también sientes que el trabajo y la vida diaria están bloqueando tu creatividad, aquí van algunas cosas que intentaré poner en marcha para no perder del foco de mi pasión:
Dejar las excusas a un lado y robar minutos día: Ya he comprobado que si espero a tener una tarde libre para escribir, esta no llegará de lunes a viernes. Entonces, el objetivo estará en que conseguir que, si solo tengo 10 minutos, usarlos para escribir lo que sea. Un párrafo, una idea, una frase en el cuaderno. Escribir algo es mejor que nada.
Escribir sin más: También me pasa que espero a escribir cuando tengo una idea que desarrollar, algo que plasmar de principio a fin. Pero no todo lo que escribimos tiene que ser brillante o publicable. A veces es de gran ayuda solo escribir las páginas matutinas para poner mi cabeza en marcha, para ver por dónde van mis pensamientos. Y eso también es escribir.
Plantar otras semillas creativas: Esto intento hacerlo más, incluso cuando estoy cansada y no puedo escribir, siempre intento alimentar la imaginación de otras maneras: leer un libro, escuchar un podcast sobre creatividad, leer las newsletters pendientes de esta fabulosa comunidad de Substack 🧡... Lo que dicen es verdad: la creatividad necesita material para cuando encuentre su momento, dar rienda suelta a la creación.
Recordar por qué empecé: En los días en los que la escritura parece algo pasado, que no avanzo en mi nueva idea de novela, que no avanzo con el editor de mi primera novela, intento recordar: ¿qué me trajo aquí? ¿Por qué amo escribir
Porque aunque la cuenta bancaria gane algunas batallas, la pasión tiene que ganar la guerra.
Escribir no siempre es fácil cuando el trabajo y la vida se interponen. Pero creo que, mientras no lo soltemos del todo, mientras sigamos buscando la manera de regresar, la escritura siempre nos estará esperando. Al menos así lo siento.
Sé que me esperarás siempre, y yo te buscaré cada día, aunque me cueste reencontrarte ♥️.
A todos y todas los que os haya pasado esto alguna vez, os leo: ¿cómo se lidia con la falta de tiempo para lo que realmente amas hacer? ¿Cómo se roban minutos a los días para escribir? ¿Cómo se mantiene la creatividad cuando parece que la vida laboral se lleva cada gota? ¡Os leo! ✍🏻
Aunque sea para artistas, el libro "The artist in the office" de Summer Pierce habla de una forma muy clara y lúdica sobre este tema. Por otro lado, yo creo que tenemos un problema serio en como nos enfrentamos a la creatividad, sin poder dejar de lado la productividad y creo que es un enfoque que nos hace más mal que bien. A mí me pasa, pero cuando consigo ver la creatividad como una forma de habitar el mundo, ese bloqueo que entra al no tener tiempo, cambia. Porque eres creativa todo el tiempo. Hay que atajar al máximo la fuente del malestar, pero es muy difícil, para qué negarlo.
Gracias por el artículo 😜me identifico bastante contigo. Yo no hago páginas matutinas, pero cada mañana me levanto 1 h antes y escribo en mi futura novela , bueno ahora en invierno con la pereza y eso se me queda en algo menos, los findes le dedico un poco más. Ánimo😘😘