La necesidad detrás de escribir
¿Por qué escribimos quienes escribimos? ¿Por qué escribimos lo que escribimos? ¿Qué nos mueve cuando nos abrimos en canal para que otros nos lean? ¿Por qué necesitamos escribir?
No tengo la respuestas a todas estas preguntas. No os creáis que vais a llegar a este post y encontrar la llave para resolver vuestras dudas.
Como decía el otro día, no nos conocemos, pero estoy segura de que nos parecemos mucho. Sé que somos muchas y muchos quienes sentimos esa necesidad de escribir y esas dudas alrededor de la escritura. Ya sabéis que yo vengo aquí a abrirme en canal, con mis dudas, inseguridades, para intentar comprenderme, entenderme y sobre todo conocerme mejor en este camino como escritora, creadora, o como queramos llamarlo.
¿Qué significa escribir?
Escribir es mucho más que vomitar palabras sobre un papel.
Escribir es un proceso íntimo y complejo que responde a necesidades profundas del ser humano, ya sea de manera consciente o inconsciente.
Menciono lo de inconsciente porque, como creo que comentaba en este post en
, durante muchos años yo no escribía como tal. Lo hacía en la cabeza —qué locura, ¿no?—, en mi subconsciente. Y quizá eso también sea escribir, no lo sé. ¿Qué pensáis?Ahora ya que sí escribo de manera real, he terminado mi primera novela y estoy explorando un poco más lo que significa escribir, crear, cuál es mi proceso creativo, etc., adentrándome en territorios desconocidos. Sin embargo, cuánto más lo hago, más veo cuánto se entrelaza el escribir con el conocimiento personal, la introspección, el entendimiento general del mundo en el que vivimos a través de la escritura.
¿Qué necesidades se esconden detrás del acto de escribir?
¿Por qué sentimos esta urgencia casi visceral de contar historias —a veces propias, a veces de otros, inventadas—, de reflexionar sobre la vida o de dejar huella a través de las palabras?
Aquí van algunas respuestas por mi parte. Espero las tuyas en comentarios 👇🏽.
La necesidad de conocerse y entenderse
Escribir es, sobre todo, un acto de introspección.
Nos guste o no, a través de la escritura nos embarcamos en un viaje hacia los rincones más ocultos de nuestra mente y nuestro corazón. Quizá sea precisamente eso, la necesidad de conocerme a mí misma tras demasiado tiempo en piloto automático, lo que me diera el impulso a escribir ya sin parar. Ya que, al final, encuentro en la escritura una oportunidad para tener un diálogo íntimo con mis propias emociones, pensamientos y experiencias.
Lo de enfrentarse a la página en blanco es de valiente, porque es ahí cuando nos cuestionamos de verdad quiénes somos, qué nos mueve en la vida, qué nos aterra o cuáles son nuestras verdaderas aspiraciones, preocupaciones, etc.
Es así como cada día descubro partes de mí misma que quizás nunca habría podido reconocer de otra manera. Lo hubiera ignorado, seguro, como hacía antes.
La escritura se convierte en una herramienta de autoexploración y autoconocimiento.
La escritura —sobre todo en modo diario— obliga a organizarse mentalmente, a poner orden a la maraña de pensamientos y sentimientos que a menudo nos abruman. Y en ese acto de darles forma, nombre, nos entendemos mejor.
No tengo dudas de que a través de personajes que creamos, de las historias que contamos o de las reflexiones que plasmamos aquí, en un diario, o donde sea, vamos revelando pedazos de nuestro ser que, de otra manera, podrían haber permanecido ocultos.
La escritura como forma de transformación
Para mí, conocerse implica un cambio, una evolución; y la escritura me está dando ese espacio para mi transformación personal. Cuanto más escribo, más me doy cuenta de las posibilidades que tengo ante mí, de la oportunidad que tengo de seguir reinventándome, de explorar versiones alternativas de mí misma, de desafiar mis creencias y percepciones de la vida.
Escribir nos permite ser mucho más conscientes de nuestra propia historia y narrativa interna, y a menudo nos pone en bandeja la posibilidad de reescribirla.
Pero además, escribir es como un espejo que refleja partes de nosotras mismas que no siempre somos capaces de ver a simple vista, o de mostrar abiertamente. Aunque a veces ese reflejo pueda sernos incómodo, seguramente sea en ese malestar donde resida el poder transformador de la escritura.
Nos ponemos delante de nuestras propias contradicciones, limitaciones y deseos, para darnos la oportunidad de comprendernos mejor, y de mostrarnos más.
Esto me lleva al siguiente punto.
La necesidad de conectar y comunicar
En este deseo o necesidad de conocernos, transformarnos, creo que quienes escribimos también buscamos compartir con otros, conectar con el mundo. Siempre decimos que escribir es solitario, sin embargo, el conectar a través de las historias es algo social y nos permite crear puentes entre personas que ni se conocen ni se conocerán jamás fuera de esa historia.
Escribimos por nuestra propia necesidad, pero también por la necesidad de generar algún tipo de emoción en otros que se sientan identificados con aquello que escribimos.
Dentro de esta necesidad de conectar con el mundo y con otros, también creo que a través de la escritura buscamos un sentido a la vida. Cada día siento que vivimos en un mundo más caótico, y en este ejercicio de escribir podemos ordenar el caos, tanto interno como externo. ¿No os parece?
Con esto cierro esta reflexión sobre el acto de escribir y lo que se esconde detrás de ello; a la espera de que esta fabulosa comunidad de Substack comparta qué significa para ellos escribir y cuáles son las necesidades detrás de la escritura.
Con 💖. Si te resuena, deja un comentario 👇🏽. O en cualquier caso, déjalo igual 😅.
Yo lo separo en dos.
Cuando escribo en papel es literalmente un vómito de lo que está en mi cabeza, con la esperanza de que esos pensamientos se queden en la hoja y no en mi mente. Me brinda mucha tranquilidad.
Cuando escribo en la computadora me enfoco en la creatividad. Esas ideas que me han estado rondando los últimos días y descubrir cómo representarlo en un texto, mediante una historia, una reflexión o un ensayo corto.
La escritura es mi mejor amiga.
Coincido en que nos ayuda a conocernos, y en ese acercamiento y reflexión de nosotras mismas, nos permite transformarnos.
No sé porqué pero es algo que me cuestiono casi siempre cuando termino de escribir. Y creo que me mueve sobretodo la necesidad de comunicar y conectar con otras personas. A veces pienso, será que cada vez nos escuchamos menos y por eso escribimos más? O es simplemente porque nos animamos a mostrarnos sin tantos prejuicios?